lunes, 27 de junio de 2011

1000 CARAS / 0 CARAS / 1 ROSTRO


¡¡Empieza Photoespaña!!
  Me permito presentar esta exposición con esta foto mía de un rostro infantil reivindicándose a sí mismo, más por la cantidad de interrogantes que plantea esta pequeña muestra de Cindy Sherman,  Thomas Ruff y Frank Montero, que por la claridad de la propuesta interpretativa (pienso en Susan Sontag, a lo mejor hay que abandonar la hermeneútica). Dada la vaguedad con la que estos discursos se imbrican en el mundo de hoy, me llevo a casa un libro con ensayos editado por el propio Photoespaña, sobre todo por la presencia en él de John Berger y Ian Lotman. A Cindy Sherman la aprecio hasta la locura por la propuesta de una imaginería femenina capaz de articular respuestas a los modelos femeninos impuestos por el cine desde los años cincuenta hasta los ochenta. Esa reducción a arquetipos que sin duda alinea a Jung con Pessoa, y sobre los que sobrevuela un Foucault que probablemente hubiera dicho que aquellos arquetipos no son sino el resultado de una relación de poder, sin duda genérica, de lo masculino, cuyos tentáculos controlan hasta la sexualidad femenina. Cindy Sherman muestra, canta, grita. Y aunque las fotos no nos emocionan, el disicurso cala. La serie que se presenta aquí, en la que vemos nueve fotos de la serie original más famosa de la autora, es escasa. Sin embargo, la serie de pasajeros de autobús y de detectives o asesinos es representativa, aunque a mi ya maltrecha vista estética le parece portadora de otro discurso; un discurso que ve al individuo como estructura de un disfraz, en el que lo universal o propio o esencial da paso a esas nuevas visiones de la psicología moderna en las que el individuo es más bien un ente dinámico y adaptable más al modo de Heráclito que al de Parménides. ¿Y que nos dice Thomas Ruff? ¿Es de verdad el rostro un objeto? ¿Podemos tratarlo así? ¿Podemos robarle toda su carga emocional, toda su historia, podemos objetivizarlo?  ¿es cierto que el mundo de hoy ha llegado al punto de convertir nuestros rostros más en una huella dactilar que en algo verderamente humano? Por ese camino discurren las finanzas y las economías, obviando lo humano y dando paso a vectores: fuerzas de trabajo o fuerzas de consumo, cargas, o daños colaterales. ¿Y el alma?  ¿Apela Ruff a la pérdida de alma? Así se inquieta mi alma ante el verdadero rostro humano en las salas de la fundación telefónica en este 26 de Junio en el que el mundo abrasa en Madrid. ¿Y Frank Montero? Es como un predecesor de la Sherman, con algo también en común (además de ser un rostro único y múltiple); el ser Homo ludens. Ninguno de los dos se olvida del juego. Y recuerdo aquella maravillosa ventana de Galeano, en “las Palabras andantes”, como un tesoro en la memoria: “En una taberna de Madrid dice: “Prohibido el cante jondo”. En el aeropuerto de Buenos Aires dice: “Prohibido jugar con las carritos portavalijas”. Así que todavía hay gente que canta, todavía hay gente que juega…”
 ¡¡Bienvenida de nuevo; Photoespaña!!

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