miércoles, 29 de junio de 2011

HAEVNEN (En un mundo mejor) Dir: Susanne Bier.


    No me queda más remedio que arrodillarme ante alguien a quien no le da igual el tema a tratar. ¡¡Eso ya es virtud!!  Y aunque no suelo hacerlo, aunque estoy aprendiendo de Ernesto García a alejarme de la crítica evaluativa, vayan también mis aplausos para Anders Thomas Jensen. El guión es excepcional. Pero vayamos por partes. El título me sonaba a “Heaven” y eso me maravillaba, desgraciadamente la traducción es algo así como “venganza”. Desolador. El título internacional: “En un mundo mejor” es fatídico. Naif.  Pero la película no lo es. Es la historia del encuentro de dos niños con experiencias familiares de padres separados, que se encuentran en el centro de la línea afectiva del rencor entre los padres. Los dos tienen personalidades muy diferentes; Christian acaba de perder a su madre de cáncer y detesta a su padre. Es un niño brillante, pero reconcentrado y violento. Elías es lo contrario. Sometido a “mobbing” infantil, lo lleva con aceptación, como un pequeño Job. El encuentro desata las necesidades del otro. Christian puede dar rienda a su violencia para defender a Elías y este se deja llevar por él para salir de ese lúgubre lugar del sometido. Al modo de las “palmeras salvajes” de Faulkner, el padre de Elías, Antón, vive al mismo tiempo una vida de médico en una región de Africa atestada de miseria y una desatada violencia dominada por un demonio que abre en canal a las mujeres embarazadas para apostar si lo que llevan dentro es niño o niña. Anton, consumido por un desatino amoroso, representa en cierto modo las palabras de Jesucristo; pone la otra mejilla, no reacciona a la violencia con violencia. Es su gran enseñanza, su modo de vida. Acepta el rencor de su mujer con la mejor de sus responsabilidades, aún extrañándola. Acepta la violencia en África con la mejor de las éticas posibles; un paciente es siempre un paciente, haya hecho lo que haya hecho. Y acepta la violencia verbal de sus vecinos con una única arma; la falta de miedo. Pero su enseñanza es en vano. Elías cae en la inercia de Christian y comete venganza. Una venganza que es como el cuchillo de doble filo, vuelve siempre sobre el que lo empuña. Sin embargo, esta posición lo cambia todo. Pone de su lado a Elías, hace a su mujer superar el rencor, y ablanda a Christian, al que la violencia se le escapa contagiado por un cierto amor. En el background queda el mundo, casi inmutable: una África brutal, una Dinamarca que es más pose que verdad. Pero en el amor de los pequeños gestos, de las pequeñas cosas, se agrieta la tuberculosis del mal, en favor de los maravillosos tentáculos de la Fé, de la paciencia, del amor. Esperanzador. Pero no sólo. Extraordinario. Un regalo.
  

lunes, 27 de junio de 2011

1000 CARAS / 0 CARAS / 1 ROSTRO


¡¡Empieza Photoespaña!!
  Me permito presentar esta exposición con esta foto mía de un rostro infantil reivindicándose a sí mismo, más por la cantidad de interrogantes que plantea esta pequeña muestra de Cindy Sherman,  Thomas Ruff y Frank Montero, que por la claridad de la propuesta interpretativa (pienso en Susan Sontag, a lo mejor hay que abandonar la hermeneútica). Dada la vaguedad con la que estos discursos se imbrican en el mundo de hoy, me llevo a casa un libro con ensayos editado por el propio Photoespaña, sobre todo por la presencia en él de John Berger y Ian Lotman. A Cindy Sherman la aprecio hasta la locura por la propuesta de una imaginería femenina capaz de articular respuestas a los modelos femeninos impuestos por el cine desde los años cincuenta hasta los ochenta. Esa reducción a arquetipos que sin duda alinea a Jung con Pessoa, y sobre los que sobrevuela un Foucault que probablemente hubiera dicho que aquellos arquetipos no son sino el resultado de una relación de poder, sin duda genérica, de lo masculino, cuyos tentáculos controlan hasta la sexualidad femenina. Cindy Sherman muestra, canta, grita. Y aunque las fotos no nos emocionan, el disicurso cala. La serie que se presenta aquí, en la que vemos nueve fotos de la serie original más famosa de la autora, es escasa. Sin embargo, la serie de pasajeros de autobús y de detectives o asesinos es representativa, aunque a mi ya maltrecha vista estética le parece portadora de otro discurso; un discurso que ve al individuo como estructura de un disfraz, en el que lo universal o propio o esencial da paso a esas nuevas visiones de la psicología moderna en las que el individuo es más bien un ente dinámico y adaptable más al modo de Heráclito que al de Parménides. ¿Y que nos dice Thomas Ruff? ¿Es de verdad el rostro un objeto? ¿Podemos tratarlo así? ¿Podemos robarle toda su carga emocional, toda su historia, podemos objetivizarlo?  ¿es cierto que el mundo de hoy ha llegado al punto de convertir nuestros rostros más en una huella dactilar que en algo verderamente humano? Por ese camino discurren las finanzas y las economías, obviando lo humano y dando paso a vectores: fuerzas de trabajo o fuerzas de consumo, cargas, o daños colaterales. ¿Y el alma?  ¿Apela Ruff a la pérdida de alma? Así se inquieta mi alma ante el verdadero rostro humano en las salas de la fundación telefónica en este 26 de Junio en el que el mundo abrasa en Madrid. ¿Y Frank Montero? Es como un predecesor de la Sherman, con algo también en común (además de ser un rostro único y múltiple); el ser Homo ludens. Ninguno de los dos se olvida del juego. Y recuerdo aquella maravillosa ventana de Galeano, en “las Palabras andantes”, como un tesoro en la memoria: “En una taberna de Madrid dice: “Prohibido el cante jondo”. En el aeropuerto de Buenos Aires dice: “Prohibido jugar con las carritos portavalijas”. Así que todavía hay gente que canta, todavía hay gente que juega…”
 ¡¡Bienvenida de nuevo; Photoespaña!!

miércoles, 22 de junio de 2011

COMPAÑÍA ZARANDA. “nadie lo quiere creer”. Teatro español. 22 de Junio de 2011



   Llego con mucha ilusión a las maravillosas butacas del Español, que de alguna forma me recuerdan siempre a Felipe IV. Llego a esta obra sin saber mucho, sin horizonte de expectativas. Y a los diez minutos el horizonte sin horizonte se nubla. La propuesta del absurdo se confunde con la propuesta del humor vulgar, y hasta las risas me irritan. Una mujer a punto de morir preprara su entierro, mientras en la más absoluta de las miserias, los que le rodean intentan apoyarla, no sucumbir a sus dictaduras, y sacar algo a cambio. ¿Y la metáfora? ¿A qué mundo apela? ¿A un mundo muerto en vida? ¡¡Claro!! El mundo de la taxidermia, hacer parecer que los personajes, los humanos, viven, cuando en realidad están muertos. La propuesta de Beckett y de Ionesco no trataba de llegar ahí, ellos creo que pensaban que el mundo era sencillamente así, que no daba para más. Pero la idea de la Taxidermia me gusta más, nos da una idea de un mundo actual ante el cuál gritaba maravillosamente el Marco Canale de “La puta y el Gigante”. Pues todo eso resbala en la obra, se esfuma, no aparece. Parece pensarse, pero no se pone en escena. Una puesta en escena estética y turbia, con ciertos tonos de belleza…

domingo, 5 de junio de 2011

LA ASAMBLEA

  En estos últimos días he intentado congeniar diez horas de trabajo con hasta seis horas de presencia en Sol. Como un Argos de mil ojos y mil oídos, he tratado de comprender, apenas vagamente, en que consiste “el movimiento”. Con los días y esas largas noches voy comprendiendo que, de momento, los ojos y los oídos, como instrumentos del pensamiento, de poco valen. Que este movimiento es, de momento, un movimiento del corazón, un entramado de emociones que van desde la indignación al amor. Que es rumbo sin destino, que es presente más que futuro, y que sus grandes valores acuden en masa a ese insrumento final; la Asamblea. Después de las seis horas de asambleas de hoy, me atrevo a empezar a comprender que la realidad es mucho más difícil que la ilusión, pero que muestra en la misma medida las dificultades y los valores. La asamblea va comprendiendo que no es lo mismo unanimidad que consenso, va comprendiendo que la igualdad de voces, la pluralidad, el carácter abierto, es en sí mismo su principal estigma. No todas las voces construyen, no todas las voces aportan lucidez, sino más al contrario, en muchos casos enturbian. Sin embargo, y ahí es donde el movimiento y la Asamblea alcanza su cima, la Asamblea debe hacer uso de sus principales valores; el respeto y el carácter inclusivo y abierto, y afrontar las consecuencias “dificultosas” de estos. La ganancia es infinita, e instantánea; el valor del otro. La posibilidad. La voz. La paciencia se va convirtiendo el valor, el respeto y el asumir responsabilidades propias y no ejercer la culpa ajena también. Es un mundo nuevo que parece filtrarse por las grietas de lo social y lo familiar. Un cambio de paradigma en las relaciones humanas. Su otro gran valor es la capacidad de observarse a sí misma, de hacerse eficaz por el camino, según anda, No establecerse desde el principio, sino aprender a ser, crecer según vive. Todo eso me parece observar en esta nueva criatura viva que ha echado a andar. Una criatura que nos habla a lo más hondo de los vicios adquiridos con los años…  

viernes, 3 de junio de 2011

ABOVEDADA NO SERÁ LA FORMA DEL CIELO

 


  Abovedada no será la forma del cielo
ni habrá piedras sillar sobre nuestras cabezas.

La certeza del cristal cortante no ocupará
los ventanales por los que dejar pasar una luz ficticia.

No pisaremos un suelo de esmaltes
ni nos arrodillaremos ante un altar de cera.


Abovedada no será la forma del cielo
ni habrá una manta roja sobre el frío del mármol.

La caricia del calor no llegará de noche
ni buscaremos refugio para una lluvia.

Empapados y ahítos de frío, hambrientos,
desorientados, ciegos,
seguiremos una estrella invisible
por los inifinitos laberintos de los años
cayendo en trampas del tiempo
en pozos de aire en tifones de fuego

con la única compañía de un pequeño hornillo de fé

en un cruce de caminos quizá
dejemos la vida mirando
a un cielo abierto
y no a una boveda pintada de azul.

miércoles, 1 de junio de 2011

CIUDAD SOL

                              
I (15M)
   De la discordia hay que arrancar un beso
y de ese beso hacer jirones tibios;
colchones, mantas, y un alumbrado.

II  (16M)
 Un alumbrado que haga de la incomodidad un reino
de jardines
capaz de hacer brotar nuestras más lindas flores.

III (17M)
   Y de esas flores laminadas techumbres
Incapaces de dejar filtrarse a la desilusión
Incapaces de dejar evaporarse un sueño.
  
IV (18M)
Un sueño; gran collage de manos y corazones
tocándose
por fin
como un milagro de las auroras.

V  (19M)
Auroras, me repito y digo aurora,
Y digo aurora de nuevo y grito aurora
Porque es de auroras de lo que se hacen las ciudades
Porque no de otra cosa que de auroras
Hicimos este sol gigante.

VI  (20M)
Gigante es esta ciudad mínima
Hecha con algodones, con tiritas
Con el huerto que rodea a la fuente
Y con la cuerdas que sujetan el mar al cielo;

VII (21M)
  Cuerdas que van desde los pies hasta los ojos
Que unen el alma al hígado
Que sujetan las lágrimas de emoción
A los cojines de nuestra biblioteca.
 

IX (22M)
 Biblioteca que guarda toda la serena sabiduría
Del amor.
Amor con el que cada mañana hicimos
Cajas
Vacías
En las que volcar
Todo el contenido de nuestras almas llenas.

X (23M)
 Y con la expresión de tus ojos grandes.
Y con tus ojos
se hace también
la ciudad.


XI (24M)
 Una ciudad que nunca calle
Que nunca duerma
En la que la música no nos deje dormir
Y en la que se estrechen los pasillos.

XII(25M)
 Pasillos que se vayan cerrando a nuestra espalda
Para no dejarnos volver nunca
De las turbias estancias de las que vinimos.

XIII(26M)
  Vinimos de eriales sin guarderias
Y aún hoy desconocemos por completo
Adonde vamos;
Pero vamos balanceándonos de mano en mano
Con la inmensa certeza de ser rumbo.

XIV(27M)
  Rumbo paso
Escalón pregunta
Ovocito en la escarcha de una mañana.

XV(28M)
 Mañana que me llama
Muy de mañana
Que me dice ven desde el mañana
 Mañana a la que no me resisto.

XVI (29M)
Resisto porque es mi ciudad
Mis manos mis flores mis cuerdas
Mis luces
Mis soles
Miluzmisol.

XVII (30M)
Miluzmisol, daguerrotipo en el que todo y todos
Caben, llegan, valen.
Miluzmisol; caleidoscopio de lo que alguna vez soñamos.

XVII(31M)
Soñamos que una ciudad nacía.
Y ha nacido.
Aún llora su primera bocanada
Y es ya el orgullo de sus padres.