sábado, 8 de octubre de 2011

CRISTINA GARCÍA RODERO

 La exposición del Círculo de Bellas Artes de Cristina García Rodero es inolvidable. Por partes: el objeto. Esas copias en 100 x 70, en un blanco y negro analógico cuidadísimo es ya un placer. Pero después desfila la realidad gallega, la realidad española, desfila el significado del hoy. Hay una foto especialmente conmovedora del hoy, y es la de la confesión. ¿Pero de qué coño se tiene que confesar nadie? ¿quién es quién para valorar juzgar y salvar a nadie? la idea es medieval, y despotrica contra las vanguardias intelectuales. Foucault dice: todas las relaciones modernas se basan en el ejercicio de la confesión: la educación, la medicina, la psicología, y la justicia. Ferlosio dice: nada ha cambiado meintras no cambien los dioses. Pero ambos van más allá. Suponen que el estigma primero ha desparecido. En los ochenta, en los noventa, la Rodero se pasea por Galicia y toma instantáneas. y curiosamente descubre algo increíble: que el estigma sigue ahí, que la confesión es una realidad, que no son necesarios esquemas que lo suplanten. Paseando por la exposición siento algo parecido a lo que debieron sentir en los sesenta los que vieron Las Hurdes de Buñuel, algo así como "esto es aún el presente"...

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