jueves, 26 de agosto de 2010

THE GIRLFRIEND EXPERIENCE. Steven Sorderbergh. 2009

Esta película de Soderbergh apenas tiene trama. Una mujer joven y atractiva ejerce un tipo de ¿prostitución? de lujo que consiste en acompañar a sus clientes tanto en lo físico como en lo intelectual, en lo cotidiano y en lo emocional. La verdad es que no quisiera entrar en la crítica de la peli, montada a lo David Lynch sin serlo, sino en la multiplicidad de significados que la propia figura arroja sobre los modelos sociales y la forma en la que los vivimos. ¿Qué sentido tiene la figura de acompañante, alguien orientado a hacer más llevadera la soledad? ¿Y cuál es el estatuto de esa soledad, entre hombres (del género masculino) casados y ricos? ¿es que el modelo del éxito no es suficiente, ahonda aún más en las carencias humanas, estimula la individualidad, frustra lo humano? ¿o es que el modelo familiar al que pertenecen los clientes es ya insuficiente dentro de este paradigma? La figura de la girlfriend parece compensar estos polos, pero hace absurdo el poder económico, ya que acaba convirtiéndose en un medio de poder controlar la soledad a través de ella misma. La pescadilla que se muerde la cola, vamos. Este tipo de figuras parecen ser nuevas, parten de una sociedad mentirosa e hipócrita, establecen ya como realidad “la vida doble” a la que en determinados círculos económicos, que parecen llegar hasta una clase media burguesa, parecemos ingresar. La película, si algo transmite (o más bien, si algo da la oportunidad de generar desde uno mismo ) es la angustia que nos provoca ese mundo, la desolación del sinrumbo, de la soledad.

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