miércoles, 20 de octubre de 2010

Raúl Zurita en Madrid.

En los ecos de la lectura de Zurita queda la maravillosa discusión que vino después. Coincido con él en varios puntos. En primer lugar, en el sentimiento de la desaparición de la figura de autor ("creo cada vez menos en una cosa llamada "autor""), que según dice, con el tiempo, para él, se va desvaneciendo, como si fuera el lenguaje el que hablara por uno, y no uno a través del lenguaje. ¿Qué sentido tiene, entonces, la idea de autor? ¿No será vana vanidad la propia idea de autor? ¿un bebedizo contra la inmortalidad? En segundo, su idea (o la idea de América) sobre la poesía española: "Allá tendemos a ver la poesía española como una poesía muy "bien educada"". Recuerdo que esa era la sensación que yo tenía en La Habana con respecto a la poesía nuestra, pero además recuerdo que era aquella la misma crítica que los cubanos le hacían. Casi, sin decirlo, "una falta de hálito". Desde mi ignorancia sobre las dos grandes poesías, me sonroja observar que mi sentimiento coincide con el pensamiento o el sentimiento de Zurita.
Hay otro tema que aborda sobre el proceso creativo. La dicotomía entre el dejar hacer, nacer, ajeno al control del propio lenguaje, de Gamoneda, y la posición de control, de plan. Dos formas, dos procesos, dos poesías. De todo eso deviene una idea que anota, lúcido. Ese lenguaje tiene una historia, tiene un pasado, y es ese pasado y esa historia la que le pertenece al lenguaje (un pasado y una historia religiosa, en su mayor parte), ante la cuál nosotros no somos sino leves vectores, incapaces de torcer su curso, su deseo. En eso está Borges, claro, el lenguaje como entidad con deseo propio, una voz que habla, como la Musa, esa voz con la que Foucault empieza su "orden del discurso"...
Pero por encima de todas las cosas, él, torturado por una dictadura, ajeno e inmerso a un país que era suyo y robado, subraya que
"entre nosotros y una pintura
entre nosotros y una música
entre nosotros y un poema
no hay más que una inmensa
e infinita
libertad"

Todo eso es

también

Zurita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario