martes, 15 de marzo de 2011

RANGO Y LA COMUNIDAD DE MADRID

  Me dejo caer por los cines de Villaescusa con Sammy y con Manu para ver esta película de animación, que según reza el poster, es para niños. Tras la primera presentación narrativa en tercera persona a través de los búhos mariachis, Rango se presenta a sí mismo en una escena de una lucidez verbal maravillosa, en la que cita, sin mencionarlos, a Aristóteles y casi a Stanislawski, en su explicación del concepto de  la obra de teatro que está preparando dentro de su pecera. Pero después, el Far West, y el Western. Una maravilla en la búsqueda de la identidad, pero sobre todo en la definición del engranaje social…¡parece la Comunidad de Madrid! El Alcalde (la lideresa) se bebe el agua de un pueblo que bebe polvo, juega al golf en los alrededores del canal (la coincidencia resulta casi increíble), y gobierna bajo el lema de “controla el agua y controlarás todo”. Pero al mismo tiempo, expropia y compra tierras al habitante de tercera que apenas puede ya jadear de sed, mientras, aprovechando la explosión que genera “la carretera” (una metáfora tan poco metafórica (literal, o sea) en la Comunidad de Madrid, y a la vez tan extendida por todos y cada uno de los lares del noroeste (sobre todo)). Junto a él tiene a la serpiente de cascabel que inocula el veneno contra la discordia (nada de andarse con chiquitas) y a todos los agregados que copulan con el vellocino de oro del futuro, ladrillo a ladrillo. Mientras, la institución de ese pueblo llamado Polvo va quedando sin orden (sin sheriff), sin agua, y sin ningún tipo de servicio público. La coincidencia es que en el maravilloso libro de Alfredo Grimaldos “la Lideresa” se exponen todos estos hechos como fruto de una planificación minuciosa. Al final Rango, como en todo Western, se encuentra a sí mismo y devuelve a Polvo el agua, la esperanza (mira tú, la esperanza) y el orden, el verdadero; el único, el bueno. A ello une un castigo ejemplar a las cúpula de la corrupción. Esa es la única diferencia con la Comunidad de Madrid; en esta predomina el cine negro.

1 comentario:

  1. Y tanto, qué bien nos vendría un Rango o un indio Hatuey (También la lluvia)cuando entre rodaje y rodaje movilizaba al pueblo para defender sus derechos con el agua. En ambos casos encontraron el apoyo incondicional del pueblo por defender sus derechos, en eso también es diferente el pueblo de la Comunidad de Madrid del que formo parte..:-(

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