lunes, 30 de marzo de 2009

Resonancias

MI EXPOSICIÓN

Sobre el tapiz de la recién inaugurada exposición descubro ya algunas cosas. En ella encontré una excusa para volcar una pasión, por la música de Gema, en ella encontré una forma de compartir, gracias a Dios fueron Fer, Paco y Cecile los compañeros. Descubrí la diferencia entre un trabajo profesional y otro aficionado. En el camino me costó encontrar fotos que seleccionar. Mucho. Por la calidad y por la foto en sí. Una vez en la Expo, Gorana me abrió los ojos: hay en todo ello algo viejo, algo del pasado, algo social. No te gusta lo nuevo. Hay algo oscuro, triste también. Eso me permitió a mi mismo observar mis fotos. Hay algo que huele a despedida, hay algo trágico, como si la vida fuera más lo que se pierde que lo que se juega. Como si en lo que falta, en lo escondido de cada uno fuese el único lugar donde encontrar lo poético. La alegría del instante sólo se salva en las dos fotos de los niños que juegan. Quizá en los adolescentes. Aunque luego, no, no, me digo, el barbero captura un instante de concentración, Ankara un caos que es bello, y las fotos alemanas, un esteticismo, algo distante, algo que es más cuestión de orden que de cualquier otra cosa. Me había dejado llevar demasiado por la visión de Gorana, vulevo en mi según escribo. Me siento agradecido hacia todos los que vinieron, eso es lindo. Fue como una fiesta grande. Y de los que escuché algo que denotaba una cierta observación, gocé. Habrá que encontrar una forma mejor de hacer fotos, un lugar más iluminado, más organizado, para la próxima. Hasta entonces céntrate en lo siguiente, Pablo.

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