lunes, 11 de enero de 2010

LA NEVADA


A las cinco de la tarde pasábamos una plácida tarde de Domingo después de la fiesta del día anterior, dedicada a la lectura y a la contemplación. Después de una corta siesta vimos caer la nieve, casi como si fuera granizo. Porque caía a gran velocidad, como con prisa por llegar al suelo. Por la mañana, había pasado caminando frente a la Fuente de los galápagos, que se había llenado de estalactitas de hielo. Pensaba pasar por allí, con la caída de la tarde, a hacer algunas fotos. Pero de repente estaba esa nevada, que en una hora ya había cuajado. Así que allá fuimos, a intentar fotografíar la fuente. Hacía frío, y la luz se iba como corriendo. A pesar de todo, había alguna gente paseando por ese primer Retiro blanco. Según se iba la luz se iban conviertiendo en fantasmas, en sombras sin cuerpo. Encontré que esa era la belleza del día. Cuando ya no quedaba más que la luz de las farolas, nos fuimos a la calle Santa María. Allí en la esquina, en Chocolat, disfrutamos del día. Un día para tomar chocolate con churros.

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