viernes, 19 de octubre de 2007

De Balcis y Alemanias

Auditorio!!! Lectores!! Estais de suerte... hoy, despues de una etapa de 142 Km, pensaba llegar y directamente entregarme a las sabanas, pero todo cambio, una vez pasada una ciudad que suena como Cranach (el viejo) pero cuyo nombre, en los letreros, ocupa mas del doble de espacio y el triple de consonantes. Unos kilometros mas adelante, ya pasado un paisaje de bella estepa con unas montanas al fondo que me recordaban a la Ordesa que se ve, escondida, desde Broto, decidi, de forma unilateral, coger por un camino que, en teoria, me haria acortar casi quince kilometros. La decision fue tomada bajo la reflexion de dos puntos importantes; uno, mi idea de la comunicacion humana, la otra, basada en la plena confianza en el espiritu de aventura. Me explico. Preguntamos a dos campesinos si por aquel camino, a traves de una aldea llamada Balci, podriamos llegar de nuevo a la carretera que nos llevara a Egirdir. La respuesta era un tanto ambigua. Y en turco. İnsistian en que volvieramos, aunque parecian dejar alguna posibilidad a que por alli se pudiera llegar. Pense que pensaban que, eso era explicito, como habia un puerto de cojones, seria mas facil ir por la otra. Celso lo vio claro y volvio. Yo pense que sobreinterpretaban, aunque en realidad fuera yo el que lo hacia. Y me tire camino abajo. Total, lo peor que podia pasar era tener que volver. Pero confiaba en que la forma de volver fuera otra. Confianza en la aventura. Estaba buscando otra cosa, y la encontre. En la primera aldea tuve el primer encontronazo con la Turquia de verdad profunda. La rural. La Turquia como la Espana de las Hurdes. Rostros cuarteados por el sol, el frio, el trabajo, y esas miradas que parecen no haber salido nunca de alli. Ante mis preguntas de si hacia alli estaba Balci, ponian cara de poker, no parecia sonarles. Pensaba que era mi mala pronuncıacion turca, pero, en todo caso, poco me iba a importar. Estaba decidido a seguir. Y segui, me cruce con un tractor que tiraba de un remolque en el que iban dos mujeres. Pararon el motor, y escucharon mi relato convencido: 'A que por ahi llegare a Balci y luego a Yakakoy y luego a Egirdir, a que si? ?que podian decir? Ni asintieron ni negaron. Solo la sonrisa abierta del joven, como una alegria de encontrarse a un espanol por sus caminos, parecia ocuparlo todo. Y entonces el camino se abrio. Otra vez van Gogh, pero no el desasosıego del holandes, sino el color y la calma. Corria un viento riquisimo. Pense que debia quedarme alli, pero la incertidumbre, la hora, y los mas que presumibles noventa kilometros que quedaban, me hicieron seguir. Hasta que aquello no siguio mas. Me lo dijo un chico joven que estaba a punto de arrancar su R12 familiar. Alli habia una mujer mayor, una turca profunda ataviada de panuelo y esos vestidos oscuros y largos que parecen deliciosos y suaves. Tambien una de media edad, quiza la madre del del R12. Por suerte, el habia trabajado en Karlsruhe y pudimos entendernos (solo Dıos sabe lo que bendigo en cada esquina mis pequenas habilidades idiomaticas...). Pues llevame, le dije, por lo menos de vuelta. Y me llevo. Fue un poco como en el Parchis, porque me llevo de vuelta hasta ese lugar llamado Cranach. ?Y por que volviste de Alemania? 'Deutschland ıst fertıg'. Alli no hay nada mas que hacer, y ademas Alemania no es lugar... Algo asi me habia dicho el de la Volkswagen, el vendedor de manzanas. Hemos oido siempre la version de los Alemanes hacia los turcos, a veces la de lo turcos que viven en Alemania. ?Pero no se puede ver un pais a traves de la mirada, no solo del Otro, sino del otro que ha venido y se ha vuleto a ir? 'Viaje a Turquia para conocer Alemania'
Recompuse mi bici, que habia entrado en el R12 tal cual y de mala manera. Y porque teniamos un gancho para sujetar la puerta... y volvi a empezar de nuevo, desde Cranach, sintiendome afortunado y agradecido por la experiencia de la hospitalidad. Mi bisabuela, la abuelita Lola, hacia guiso de maiz en casa por si a mi, algun dia, me daba por ir(se que exagero, pero no importa, la vieja era exageradamente maravillosa). Y de joven, a veces, cocinaba para veinte, por si, por algun casual, llegaba una cuadrilla, una patrulla, alguien pasaba por alli, o venia media familia. Cualquier cosa que me recuerde a la vıeja Lola, que adoraba que le pellizcaran las nalgas, me produce un especial sentido de gratitud. El paisaje cambio. En vez de ochenta quedaban ahora noventa kilometros para Egirdir (dice Celso que me meto por sitios por los que no me deberia meter, aunque, claro, no lo comparto)y senti de nuevo el intenso grito de 'la Penya' estudiantil, en el agno en que se metieron en la Fınal Four y Djordjevic le birlo al mejor Jouventud la Copa de Europa con un triple inverosimil en el ultımo segundo cuando los de Badalona ya tenian la copa en el bolsillo: 'Si, si, si, nos vamos a Estambul' Hacia calor, la carretera era buena, sin trafico, y las montanas ya eran como una presencia cercana, como un cobijo. Pense en las dos caras de la cabezoneria y me acorde de Steve Ovett. De alguna forma estaba convencido de que alguna forma no ortodoxa se podria haber cruzado hasta donde yo queria llegar... en la final del 'milqui' de los Juegos del ochenta y cuatro, Ovett se retiro en el toque de campana, le ıba soplando en el cogote a Coe. lo hizo porque le habia prometido a su mujer que se retiraria si volvia a sentir la opresion en el pecho que dias antes le habia llevado al Hospital. Sin embargo, todavia agnos despues, insistia: 'hay algo que nunca sabre: si hubiera seguido corriendo, ?quien hubiera ganado?' Era cabezon y el genial, Ovett. Pense que yo me quedaria con la misma duda. Pero no. Despues de unos buenos kilometros de pedalear fuerte, comprendi que llegaria de noche. Pare a un camion pequeno. ?Vaıs a Egirdir? (todo gestos, claro) 'si' ?Puedo ir con vosotros y meter la bici atras?' El conductor puso cara seria pero dijo que si. Asi vıajabamos en Cuba, para ir a Oriente. Me subi al camion de lo mas contento, me presente, les pregunte sus nombres, les conte del viaje, de que estaba ya casi 'Kaputt'. No me entendieron ni una palabra. Y entonces, al llegar a un cruce, me explicaron que tenian que ir un momento hacia alli, pero que luego irian hacia Egirdir. Subimos hacia las montanas. Rocoso, sinuoso, boscoso. La belleza. Y de nuevo un cierto verde. El del R12 me habia dicho que hacia tres meses todo aquello era bello, bello, verde. AL final, una aldea, llamada...Balci!!!! la que yo habia estado buscando!! Nos bajamos. Alli estaba de nuevo;la otra Turquia. Los hombres viejos, que podrian haber estado sacados de la Viridiana de Bunuel, salian de una puerta vieja que podria ser la Mezquita. En una especie de rueda central habia unos cuantos hombres mayores, sentados, quiza conversando, bebiendo Te. Habia tambien ninos. 'Nada mas preciado que el saludo de un nino, nunca no respondas el saludo de un nıno', vengo pensando los ultimos dias. Los dos hombres me invitaron a Te. Alli estaba yo ahora, sentado en la plaza de Balci, tomando te. En seguida algunos cogieron sus sillas y se sentaron junto al extrano, junto al extranjero, sin la esperanza de comprenderle. Todos pidieron Te. Uno intento decir algo en ıngles, pero a mi pregunta de si hablaba ingles contesto que no. 'Solo frances' '!!De nuevo, estaba salvado!! Me parecio que el frances era el idioma mas comunicativo del mundo, y asi conversamos sin prisa dos rondas de Te, a las que, sin que hubiera otra posibilidad, ellos me invitaron. Habia ademas dos mas que hablaban algo de frances... Incroyable! El que mejor hablaba me despidio con un saludo que me gusto, es un gesto como de ir a dar dos besos que en realidad son dos cabezazos suaves. Nos volvimos a subir al camion. Esta vez eramos cuatro. Desde arriba se veia, al ir bajando, el gran lago en el que estaria Egirdir (ciudad hıtıta en origen, y luego persa, griega, selyucida y otomana) El sol se iba poniendo. Descendimos por un bosque de manzanos. !!!La belleza!!! y nos dejamos caer hacia el lago, para bordearlo ahora, dejandolo a la derecha, a la sombra de las montanas que quedaban a la izquierda. Si alguien viaja a Turquia debe saber que este es un recorrido para no perderse. A esta carretera, que en origen unia Babilonia con Efeso se la llamaba Vıa Real. !!Estaba haciendo equilibrios entre Efeso y Babilonia!! Oh, my God! Mi companero de la derecha saco el rosario musulman. Eran casi las 1645. Al instante se quedo dormido, del mismo modo que el de la izquierda. Yo buscaba en la carretera a Celso, mientras me imaginaba aquella carretera en la bici con una cierta envidia. Lo adelantamos a muy pocos kilometros de la entrada, mientras se peleaba con el conductor de un coche negro...
Yo solo habia andado noventa y dos kilometros. Me senti descansado rodeado de este lagomar, y lo celebramos con pescado a la parrilla, yogurt con ajo, sopa de lentejas y Ayro, o algo asi, la bebida clasica, yogurt con agua. Era noche cerrada y las luces de la ciudad se reflejaban en aquel manso lugar. Reposo de toda la confianza depositada durante el dia.
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