miércoles, 10 de octubre de 2007

Escila y Caribdis

Escila y Caribdis

Uno de los capitulos inolvidables de la Odisea. Escila y Caribdis. Prueba superada. No hare el inventario completo de todo lo que iba en aquellas alforjas, porque el ladron nos dio una nueva oportunidad. Recorrer Anakara en busca, sobre todo, de pedales. Y asi vamos teniendo las primeras impresiones del turco. Ankara, una ciudad fascinante, con un orden que no se comprende, con un equilibrio que tampoco. Lo que nosotros traducimos por Caos. Me encanta el caos de Ankara, me encanta cruzar las calles junto a los turcos, por entre los coches y los minibuses, me encanta ver jugar a los ninos en la Ciudadela, alejados del frenesi del centro. Hasta los gatos se persiguen y se chillan con intensıdad, junto a la ciudadela. Como en las viejas hıstorias griegas y en las arabes de todos los tiempos, por las calles pasean los ciegos. Y estan tambien los limpiabotas y los barberos. Se echa de menos al aguador, pero a cambio estan aquellos ninos, jovenes y viejos frente a una pesa, esperando que el transeunte, que se mueve a toda velocidad, se detenga a medir su peso. Y alli estan tambien los hombres que simplemente esperan, los bebedores de te,y, sobre todo los comerciantes, siempre por gremios, como en el Sultanato de Rum. Todas las tiendas de bici juntas, todas las tiendas de iluminacion juntas, todas las de elctronica juntas, y luego los mercados, gigantes. Tantos huevos apilados como nunca antes habia visto, las carnes colgando (el turco es comedor de carne), y las frutas y las verduras, por doquier, como el Mujaidim, inundando las calles con su cantico a traves de los altavoces del mas alla. La vida comercıal es trepidante. El pequeno comercio es la verdadera vida de Ankara. Las ruinas romanas pasan desapercibidas entre las calles. Nadıe habla una palabra de algun idioma que no sea turco. Y encontrar a alguien es siempre un milagro y una alegria. El turco parece vasto, directo. Un guerrero. Pero esconde una cierta nobleza que cuando se hace agradable es algo. Manana salimos hacia Capadocia. Las bicis siguen empaquetadas, pero en la maleta vuelve a haber pedales y zapatillas y coulottes.

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